La historia de la actriz para adultos más buscada del país

La historia de la actriz para adultos más buscada del país: la reacción de sus papás al saber a qué se dedica


Meg Vicious tiene 23 años, creció en Hurlingham y actualmente 

vive de la venta de su contenido erótico. 

“Me suele incomodar que crean que por dedicarme a hacer porno 

merezco menos respeto”


En la localidad bonaerense de Hurlingham, en el seno de una familia numerosa y cercana, Melisa creció rodeada de amor y contención, aunque también sufrió las carencias que aceleraron su primera inquietud: qué hacer para modificar su realidad.

A los 23 años, la joven conocida en las redes como Meg Vicious se convirtió en la actriz porno más buscada y con más reproducciones en la Argentina. Su historia, sin embargo, no es la de una meteórica aparición en un mundo sin tabúes, sino la de una mujer que decidió abrir las puertas de su vida y su cuerpo para crear un camino propio, con sus propios términos, sin que sus padres lo supieran.

El sitio para adultos PornHub la distinguió recientemente con una placa que inmortaliza los 100 mil suscriptores alcanzados en la plataforma triple x. Allí también es donde acumula más reproducciones que el resto.

Previo a ese logro, y a conseguir vivir íntegramente de la venta de contenido erótico, Meg trabajó como bartender y luchaba para llegar a fin de mes. “Hasta los 22 me vestía con ropa usada o prestada. Hacía malabares porque apostaba a que esto me iba a salir bien”

Su fama creció de tal manera que sus padres se enteraron por otra persona a qué se dedicaba su hija. Precisamente fue su mamá quien recibió un video suyo teniendo sexo. “Ocurrió en plena pandemia y recién vi a mis padres al mes de ese episodio. Me preguntaron si era yo y si estaba todo bien. No tuve que dar explicaciones”, recordó.

Actualmente en pareja con Bob, también actor porno y con quien construyó una relación abierta y no acepta encuentros con terceros a cambio de dinero, a pesar de que le han llegado numerosos ofrecimientos de deportistas, cantantes y famosos del exterior que hasta le han puesto a disposición un jet privado para pasar un fin de semana en Miami.

Meg se muestra como una mujer que ha tomado las riendas de su vida, pero que desde su experiencia está lejos de vender un cuento de hadas: eligió vivir a su manera pero también alerta y aconseja qué caminos no tomar para que todas las elecciones sean libres e independientes, como las escenas que ella misma graba y edita. Meg también aclara que es demisexual; es decir, una persona incapaz de sentir una atracción sexual sin forjar vínculo emocional.

El mismo día que se enteró mi mamá, se enteró mi papá. Porque a los dos les mostraron el video. Mi papá fue a preguntarle a mi mamá ‘che, ¿esto es verdad’. Mi mamá le dijo que soy mayor de edad y puedo hacer lo que desee

Yo crecí sin tabúes. En la secundaria ya hablaba de sexualidad y de erotismo. Mis padres se enteraron de mi trabajo cuando un video se filtró y fue mostrado a mis familiares. Mis hermanos lo aceptaron, pero mis padres no sabían cómo manejarlo al principio. Ellos no hablan mucho sobre mi trabajo, pero me aceptan. Mis hermanos saben todo, aunque mis padres no parecen saber el alcance de lo que hago